Las energías de este sistema nos permiten abandonarnos -sacar de lado nuestro ego- y resurgir nuestra esencia divina que se encuentra en lo profundo, darle alas y tranformarla en mayor conocimiento, comprensión , sabiduría y percepción.
La profundidad del agua -la dualidad- puede sostener la vida, dar consuelo y es una fuente de vida y abundancia.
El agua es un símbolo de carácter espiritual, significa renacimiento, renovavión, purificación y regeneración y es , además, la fuente de donde nacemos.
Las Diosas y las Sirenas encarnan todos estos atributos y cualidades. Por lo tanto, son un símbolo de muerte y de inmortalidad.
Nos llaman a los desconocido para cambiar y tranformar nuestra vida. Sirven como guías durante épocas de transición y transformación. Nos ayudan a dejar atras lo que somos para convertirnos en algo más grande.
También podemos superar el miedo a lo desconocido, al cambio, al aprendizaje, a la pérdida de nosotros mismos, y a estar fuera de control por temer a la caída en el abismo- el inconsciente.
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